27 de marzo de 2009

EL DIOS QUE ESPERABA



Surgío de la noche callada,
su cuerpo esculpido de agua
emergio de las olas,
belleza en su talle de plata
!que fuerza en sus muslos de roja escarcha lunar!
Sus manos de espuma
me arrastran, me llevan,
con vigor me rodean sus brazos de mar,
mi cuerpo se tiembla
me desace los pliegues de sal,
no advierte en mí el paso del tiempo
y se va satisfecho en la pleamar,
me deja su olor a salitre en los labios,
su risa en las conchas marinas...

En la arena mojada me pongo a llorar,
al mar enojada le grito
¿Porqué?
¿porqué tardó tanto en llegar?    Maribel Serrán

1 comentario:

maría magdalena gabetta dijo...

Preciosa la pintura y me estremeció el poema. Amiga, el arte es lo tuyo evidentemente. Un beso y un placer pasear por tu blog. Magda