28 de agosto de 2008

LA GLORIETA



!Como me gustaba jugar en aquella plazoleta mágica!
Al lado estaba el Colegio de las Mercedes, mi primera escuela y mi primera maestra Doña Visitación, ella enseñaba de forma amable, desde parbulitos hasta  que nos preparaba para el examen de ingreso al Instituto para cursar el bachiller ( donde te enseñaban de forma severa y solo había unos  pocos rostros amables), teníamos un uniforme azul oscuro con cuello blanco y los días de gala nos ponían bandas de color celeste, allí hice mi primera comunión vestida con un bonito vestido largo, todo blanco... y también me vistieron de angelito para acompañar a las niñas al altar...
La Glorieta era el punto de reunión de muchos niños, niñas y jóvenes que ya empezaban a enamorarse y nos utilizaban a los mas pequeños para llevar recaditos de amor.
Jugábamos a muchos juegos divertidos, al corro, uniendo las manos y dando vueltas empezábamos tres o cuatro pero se iban agregando mas y mas hasta hacer ruedas grandes... cantábamos canciones infantiles, otro era ..."Donde esta la llave? matarilerilerile..." de chicos y chicas con los brazos entrelazados en alto formaban un pasillo, tenias que pasar por debajo y debías elegir a uno o una cuando la canción decía ... "¿a quien eliges tu...? " que solía ser el niño o la niña que te gustaba. Al tula, había que correr y esconderse tras las ciudades de España que en sus preciosos mosaicos rodeaban la plazoleta,...y que no te vieran.
Aprendí a patinar con aquellos enormes patines de cuatro ruedas,... aprendí como venían al mundo los bebes...! no lo traían las cigüeñas en el pico! como una esponja absorbías todo  y allí las que eran mas mayores se convertían en maestras de la vida y empezabas a saber que algunas cosas no se deben decir en voz alta, aprendías a vivir...
Aquella glorieta estaba llena de bonitos sueños para los que estábamos  creciendo, de juegos, amores, risas y llantos también. Al caer la tarde, nos gustaba sentarnos en sus bancos para contar historias de miedo...hasta que nos llamaban para la cena, en aquella época era tan importante como la comida del mediodía, nadie podía faltar alrededor de la mesa.
!Cuantos amigos que ya no volví a ver desde entonces! que pena. Los niños de la Glorieta , de la calle Velarde de la playa de La Peña, deberíamos reunirnos como han hecho los niños de Villajovita. Seria hermoso ese encuentro, como lo ha sido para ellos.
Ahora esa Glorieta ha sido victima de los urbanizadores modernos y le han quitado todo su encanto.

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