9 de noviembre de 2010

LA MUJER DORMIDA




La observo en los claros días, esas mañanas únicas de poniente,
de cielo azul intenso
cuando mi pueblo marinero
estalla en luz,
ella brilla majestuosa
indolente,
provocativa,
insinuante,
recostada sobre la Tierra
baña sus pies en aguas milenarias
codiciada por reyes,
aventureros y piratas.
Su sonrisa burlona,
sabedora de su belleza
me trasmite su mensaje:

Muerta...no, solo dormida.
Soy guardiana de estas tierras
de culturas ancestrales
soy testigo de historicas batallas,
de naufragios lamentables,
en silencio estoy llorando
por los jovenes que huyen
de la miseria y el hambre.
Espero pacientemente
a mi adorado Atlante
el que prometio desposarme
y poner sobre mi frente
la corona de oricalco.
Despertare, haré justicia
y destruire con mis manos
a violentos y cobardes
Muerta... no, solo dormida...  Maribel Serran