27 de marzo de 2009

Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas, guardar estas cosas.Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme, poblando otra tarde como ésta de ramas que guardé en mi alma,aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver otra vez a soñarse.
.....................(José Hierro)

Miguel de Cervantes


La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
.............................El Quijote

EL DIOS QUE ESPERABA



Surgío de la noche callada,
su cuerpo esculpido de agua
emergio de las olas,
belleza en su talle de plata
!que fuerza en sus muslos de roja escarcha lunar!
Sus manos de espuma
me arrastran, me llevan,
con vigor me rodean sus brazos de mar,
mi cuerpo se tiembla
me desace los pliegues de sal,
no advierte en mí el paso del tiempo
y se va satisfecho en la pleamar,
me deja su olor a salitre en los labios,
su risa en las conchas marinas...

En la arena mojada me pongo a llorar,
al mar enojada le grito
¿Porqué?
¿porqué tardó tanto en llegar?    Maribel Serrán

El encanto de Marruecos.

Mezquita de Casablanca
Mujeres cargadas de leña
Panes de trigo caseros
Artesania

calle de Chaouen
calle de Asilah

Pigmentos

ventana de pueblo

Calles de La Medina
Patio árabe 
Cafe Haffa
Te con menta
Calles de Tetuan
Patio árabe 








20 de marzo de 2009

REMEMORANDO


Mi mano entre las manos seguras de mi padre,
Aquel olor a salitre del verano
sabanas blancas de algodón,
confidente luminaria mis secretos guardabas en tu luz,
el frescor de la brisa de levante
inundaba mi cama de jazmín,
los silencios de la noche el alma traspasaba,
ruidos de pasos sigilosos...
furtivos ladrones de barbas encarnadas
fieras, monstruos, perros rabiosos
esas caras que te miran en las paredes de cal,
!gritos, gritos, gritos!
con un nudo en la garganta
...mamá... mamá...mamá
sus cálidas manos sobre mi piel
sobre mi frente
sobre mi vientre
tu perfume de azahar.
Aquel balcón de filigranas de hierro
silla de enea, ocre de vieja,
en sus dos patas me columpiaba
rodeada de geranios, claveles, olor de yerbabuena
acogieron mis tardes y la merienda.
Contemplaba en mi palco flotante
como salían las traineras a faenar
y cuando el ocaso llegaba
tiñendo el cielo de rosa
las barcas de las farolas que iluminaban la mar.
Me decían que en Babia estaba o por la Luna,
pero yo volaba a mis mundos
de hadas, príncipes, pastorcillas,
y cuando pude leer libros prohibidos
entre capitanes y reyes,
dioses, héroes, trotamundos,
mujeres saliendo de sus casas de muñecas,
otras que morían de amor
algunas iban con su amado para Siberia,
viví en palacios y chozas
en burdeles, en la calle, por la estepa.
Conocí grandes hombres,
a cobardesy a muchos pobres clamando
!justicia y libertad!
!Cuantos libros leí en aquella silla de enea!
Mi mano entre las manos del amado.
aquel olor a castañas del invierno,
mantas de lana gruesa
abrigando el insomnio de mi cuerpo,
sueños de lugares imposibles
de aventuras, de triunfos, de laureles.
Silvos del viento de poniente
esparciendo aromas embriagadores,
culpas, caricias prohibidas... arrepentimientos.
Mis manos crispadas al cielo.
LLegó la bruma traspasando los recuerdos,
llegaron toros como tinieblas,
caballos desbocados, lagartijas recorriendo mi cerebro.
Llantos, penas, soledad y silencio...
Aquella estrella luminosa cruzó errante el firmamento...   Maribel Serrán

14 de marzo de 2009

"¿Donde está la memoria de los días que fueron tuyos en la tierra, y tejieron dicha y dolor y fueron para ti el universo? "Jorge Luis Borges

10 de marzo de 2009

LAS LAGUNAS DE LA MEMORIA


!Que bonito seria que mis recuerdos volvieran a mi memoria de forma ordenada y clara !
Que pudiera ver la cara de todos aquellos que pasaron por mi vida desde el momento que nací, aquellos con los que pasé momentos felices, amigos, primos, hombres, mujeres que conocí... Los rostros de mis padres cuando eran jóvenes, las caritas de mis hermanos de pequeño, mi abuela... Isabel... murió cuando yo solo cumplía seis meses. Ella por una extraña razón me atrae, me fascina, la siento o presiento en mi vida. Parece una Gioconda, la sonrisa dulce, su rostro amable, parece hablarme, consolarme, me comprende, me anima a seguir adelante, emana de su foto una ternura que nunca la vi en rostro humano.
 ¿La mente almacena aquello que es necesario? pues yo necesito recuperar muchos recuerdos y no me obedece. Solo imágenes borrosas, la imaginación me juega malas pasadas, fantasea, me confunde, hay cosas que se mezclan, se amontonan... el primer día que fui al colegio... creo recordar que me llevaba mi hermana mayor , estaba cerca de casa, ese mismo día vi como la maestra, una mujer fea y extraña le pegaba con una regla en la palma de la mano a una niña, volví a casa y dije que ya no iría más a ese colegio, que me daba miedo. Vuelve a saltar el recuerdo, se refresca la memoria. Me llevaron a otro que si me gustó, aquella maestra tenia una cara redonda, mirada cariñosa, siempre tenia una sonrisa, siempre... Viene entre la niebla las imagenes dando saltos... cuando aprendí a nadar... mi padre...ese hombre bueno y paciente, mi adorable padre... me enseñaba a nadar en la orilla, me sujetaba por la barriguita y cuando me dejaba sola le decía que ya sabia flotar, le mentía, me sujetaba con las manos en el fondo del agua, creía que lo engañaba pero ahora se que todos los niños repiten esa mentira, mis hijos me han hecho lo mismo y yo con la misma sonrisa de mi padre me dejaba engañar . Aquella tarde de circo... mi madre, mi querida madre... aquel día que vino al colegio a pedir que nos dejaran salir antes a mis dos hermanos y a mi, para llevarnos a ver la película "El mayor espectáculo del mundo", ese si que es un recuerdo imborrable, estaba joven, yo la veo aun hablar con la maestra y parecía una reina, no me lo creía, sacarnos del colegio para ir al cine, lo que mas me gustaba del mundo, haciendo las cuentas tendría treintainueve años, hasta recuerdo como iba vestida con un traje negro y una blusa blanca, muy elegante... Mi primera amiguita... Afri ...la recuerdo asomando su carita morena, entre los barrotes de hierro del balcón de su casa, yo la miraba desde el mio, extendíamos los brazos y juntábamos las manos, yo tenia seis o siete años, hasta los catorce no nos separamos, la quise mucho, nunca recuerdo un enfado, ella era dulce y tierna, me protegía, me llevaba dos años, pero se fue muy lejos y me sentí muy sola, aquel día si lo recuerdo, fue muy amargo... llore, si, llore mucho aquel día... El primer amor... también con ocho o nueve años, era el hermano de una compañera del colegio,.. encantadora Marigel... su nombre lo tenia casi olvidado, !vaya, la memoria vuelve dando saltos!, guapo, despierto, travieso, simpático, un poco calavera, así lo recuerdo pero el no se fijaba en mi, no me hacia ni caso y eso que por todas partes los mayores me decían que era una niña muy bonita, yo creo ahora que a él le gustaban otras menos bonitas pero mas despiertas... También se marcharon, aquella amiga, aunque éramos muy pequeñas, también se fue pronto lejos, me dejó bonitos recuerdos que me gustaría recordar con nitidez, pero no, no quiere responderme la memoria... algo hay, algo... en esos años y parece que fue triste... nada... todo esta borroso... Los Reyes Magos... la casa de un familiar servía para que mi madre escondiera los regalos. Jugábamos al escondite, me metí en un armario, allí estaban todos los juguetes que mis hermanos y yo habíamos pedido, lo entendí enseguida, del armario salí mas mayor, me quitaron la magia y la alegría, pero me hice la tonta y no dije nada a nadie, sospechando que si lo decía, me quedaría sin juguetes, solo prendas de vestir como a mis hermanos mayores.

Me voy esforzando y vuelven muchos momentos pero faltan elementos, detalles... quizás cuando ya no exista en este mundo veré minuto a minuto mi existencia como se ve una película, creo que debo ir añadiendo a lo que me queda de vida las mejores imagenes, para que en esa moviola haya mas momentos amables que tristes, me empeñare en ello.      Maribel  Serran